Between lines

Hay ocasiones en las que al quedarme mirando al vacío puedo percatarme de la geometría de lo que me rodea (lugares, cosas, cuerpos y rostros). Esta mañana la luz daba un matiz interesante a todo el ambiente. Decidí no leer, escuchar música o pensar demasiado en mis asuntos; la atención era para el mundo... la vida fuera de mí. En el trayecto, por la ventana observaba el suave movimiento de la luz sobre las calles. Todo lucía sereno, difuso y eterno (pues parecía que el tiempo había cedido). La lluvia de la madrugada había creado la sensación de estar en un gran paisaje de acuarela.

Las líneas surgieron ante mí con una nitidez única y al saber que una línea es un punto en movimiento, el infinito de las perspectivas diluyó pensamientos en ese lienzo espacial, escuché al maestro y fui su aprendíz.
Observando es como se aprende, trazando y borrando como se construye.

El lienzo está siempre ahí, esperando. ¿En dónde ubicaré los puntos para echarlos a andar?. Parece un inocente juego: un diminuto punto crea un línea -invisible para los ojos- y quizá se cruce con muchas otras... ¿qué es lo que pueden llegar a construir? ¿llegaré a verlo? ¿recordaré que yo fuí quien creó lo que sea que pueda pasar?.

Pinceladas en el lienzo... del maestro y del principiante creador.