Wednesday 4 July 2007

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Después de algunos días, he volado en sueños
nuevamente. Experimentar esa sensación de
completa libertad y diversión me ha hecho
levantarme de buen ánimo. Además al momento
de estar volando, el sueño fue más lúcido, los
colores estaban vívidos y la sensación ingrávida
fascinante.
En pleno vuelo, a lo lejos escuché música -algo
con el toque del jazz- y me di cuenta que el
radio-despertador se había encendido. Sabía que
me quedaba poco tiempo para disfrutar el sueño
antes de que se desvaneciera.

Camino al trabajo, pienso en la cercana convivencia
de los reinos y en la disciplina que debo tener para
nunca perder de vista esta "danza de la realidad"
-como
diría A. Jodorowsky-. Utilizaré este sueño
como
pretexto para llevar mi día fuera de la rutina.

1 comment:

Pável said...

Y no es lo mismo los sueños lúcidos que los sueños lucidos, como tampoco es lo mismo el lúcido soñador que el soñador lucido.

Soñar el vuelo es fascinante: el vértigo, la libertad, el vuelo por el vuelo mismo. Y lo peor es el despertar, cuando te das cuenta de que fuiste diseñado para ser un bípedo.

Pero ya habrá más madrugadas para volar, para ser ladrones de joyas en tierras misteriosas, para hacerle el amor a nuestros amores platónicos y para llorar con las pesadillas.

Viva Oniria, la tierra del sueño.