Cuando una actividad se vuelve aburrida y carente de sentido da paso a un revoloteo de preguntas que pasan por la mente. Se instalan ahí hasta que se les va dando la atención debida y poco a poco de nueva cuenta nos hacen sentir ligeros y esperanzados ante las probables respuestas y soluciones que hemos planeado. En todo este proceso a veces es tan sencillo convertise en zombie y dejarse llevar por la inercia del mundo, olvidándose del "uno mismo" y ser uno más de los engranes. Que mal saben las mañanas cuando estás desanimado (sin alma) y todo el día se va desarrollando en cámara lenta, casi sin audio y en tonos sumamente grises.
Entiendo el proceso y lo acepto pero aún así no puedo ignorar el hedor que el muerto está provocando.
Entiendo el proceso y lo acepto pero aún así no puedo ignorar el hedor que el muerto está provocando.
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